SU MUERTE

El 19 de julio el Duce mantiene una última conversación con Hitler. Durante el encuentro, Roma fue bombardeada por los aliados. El 24 de julio se reúne el Gran Consejo del Fascismo. Se solicita la desautorización de Mussolini de todos sus encargos de gobierno. La votación, aunque significativa, no tenía ningún valor, ya que por ley, el primer ministro era responsable de sus actos sólo ante el rey, quien era el único que podía destituirlo. Mussolini, tras pasar a su oficina en el Palacio Venezia, solicitó al rey si podía anticipar su conversación semanal que estaba prevista para el día siguiente. Víctor Manuel lo recibe y le comunica su sustitución. Sin embargo, el Duce no sabía de las intenciones del monarca que le había puesto escolta y había hecho rodear el edificio de gobierno por 200 carabineros. Los carabineros condujeron a Mussolini en un coche ambulancia de la Cruz Roja, sin especificarle el destino y asegurándole que lo hacían por su propia seguridad. En realidad, Víctor Manuel III había mandado arrestar a Mussolini, con el fin de salvar su propia dinastía, que peligraba al estar demasiado comprometida con el fascismo, fue trasladado a la Isla La Maddalena y luego al Campo Imperatore en el Gran Sasso. El 12 de septiembre un comando alemán de paracaidistas lo libera y lo traslada a Alemania, donde se encontraba Hitler. Este lo invita a formar una república protegida por los alemanes. El 21 de abril, el Duce se encuentra con Hitler en Klessheim y el 15 de julio se traslada a Alemania para pasar revista a las cuatro divisiones italianas que los oficiales alemanes han estado entrenando. El 20 se encuentra con Hitler por última vez. Mussolini se trasladó a Milán y desde allí fue detenido y arrestado en Dongo por un grupo de partisanos de la Brigada Garibaldi

La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945, fue fusilado, junto a Clara Petacci. Los modos de la ejecución fueron decididos por la voluntad de interferir manifestada por los aliados que querían capturar vivo a Mussolini y procesarlo ante una corte internacional. Los cadáveres fueron trasladados a Milán y dejados en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes.